Esta exposición incluye una selección de pinturas y de esculturas recientes. Casi todas ellas tienen en común el estar realizadas casi todas ellas con objetos reciclados o recuperados. Objetos antiguos, pertenecientes a abuelas, otra familia o míos propios, todos entre veinte y sesenta años, o materiales encontrados.
Con ellas he querido hacer un recorrido a través de la memoria, un paseo por esos recuerdos infantiles, enseñanzas, roles aprendidos…
Una época en la que los niños jugaban con los niños y las niñas con las niñas a juegos de niñas.
En el colegio, como no, femenino, se nos educaba y preparaba para ser futuras perfectas madres y amas de nuestra casa. Donde la «enseñanzas del hogar», era asignatura obligatoria para nosotras, e incluía cocina, economía doméstica, bordado, costura, e incluso aprender a preparar la canastilla de nuestros futuros hijos……
En casa, al calor de la lumbre, durante las largas tardes de invierno, escuchábamos cuentos o historias de brujas perversas y ambiciosas. Virtuosas doncellas, que en recompensa a su belleza, bondad, sumisión, y múltiples e increíbles habilidades, eran rescatadas de su pobreza o incierto destino por un príncipe encantador, azul por supuesto, que las colmaría de todo tipo de dichas, no sin antes haber tenido que besar a un buen número de sapos. Por el contrario, todas aquellas jóvenes que se salían del camino marcado, eran cruelmente castigadas.
Y cómo no, en casa, se nos educaba para complacer y servir al hombre: padre, hermano, marido, cuidar de nuestra casa y nuestros hijos. Ser perfectas madres y esposas, y anteponer todo ello a cualquier otro tipo de deseo o interés.
Todo eso que, en fin, poco a poco iba entretejiendo una fina red, que al final, bajo el pretexto de cuidar y proteger, se convertiría en jaula, que únicamente limita y encierra…..
Vestidos de princesas sin vocación, atrapadas en su propio cuento. Zapatos de cristal confeccionados con pedacitos de sueños rotos. Cubiertos con los que nunca se comieron perdices. Zapatitos rojos de baile, que al contrario que en el cuento, nunca bailarán. Bocas, de besar más sapos que príncipes. Hermosas brujas. Jaulas a modo de atalayas de castillo. Corazones en prenda…….